La Guardia Nacional de Ucrania empieza a tomar forma. Un día después de su creación, cientos de jóvenes han comenzado a alistarse y poner rumbo al centro de formación con el objetivo de formar parte de este nuevo cuerpo de seguridad, que aspira a contar con 60.000 efectivos entre personal militar activo y reservistas. La mayoría tienen entre 20 y 25 años y carecen de experiencia en el ejército. Algunos ni siquiera han realizado el servicio militar obligatorio.

“Algunos familiares me apoyan, otros no aceptan mi decisión de unirme a la Guardia Nacional. Por ejemplo, mi madre no quiere que participe, pero me preocupa el futuro de mi hermano pequeño y de mi hermana”, nos explicaba Bohdan antes de subir al autobús.

Los gritos patrióticos inundan los viajes al campo de entrenamiento a las afueras de la capital. Una vez allí, realizarán las pruebas pertinentes para ver si son aptos para el servicio.

De momento son 500 los voluntarios, incluyendo a dos mujeres. “Las mujeres no son diferentes de los hombres, ¿verdad?”, nos explica Valentina, quien no ha dudado en presentarse voluntaria.

Los que pasan las pruebas reciben la formación adecuado para formar parte del cuerpo, dependiente del Ministerio del Interior. Además de las tareas militares habituales, también se encargará del control de las fronteras y la lucha antiterrorista.

Los voluntarios estarán dos semanas en el centro de entrenamiento. Después, si la situación en Ucrania es tranquila, pasarán a la reserva, pero si hay actividad militar, serán enviados a las zonas conflictivas.