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  • 27/1/2014
Un acto de desesperación. 13 emigrantes marroquíes se han cosido la boca para denunciar sus condiciones de vida en el centro de Identificación y Expulsión de Ponte Galeria, en Roma. Protestan, sobre todo, por el periodo de tiempo, de hasta 18 meses, que pueden estar internados, de acuerdo con la ley italiana.

“ Dicen que ya no consiguen dormir, que están enfermos y que no han cometido ningún crimen. No entienden por qué existe tanto odio y rabia contra ellos. También aseguran que no interrumpirán su protesta hasta que las autoridades italianas tomen una decisión y la dejen escrita”

Los protagonistas de la acción proceden de la isla de Lampedusa, una de las mayores puertas de entrada de la emigración clandestina en Italia y en Europa por su proximidad a la costa libia y tunecina. Han pedido asilo político en Italia y se arriesgan a la expulsión si su petición es rechazada. Ahora, amenazan con iniciar una huelga de hambre.

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