Los planes de Obama para reformar el sistema de vigilancia de la NSA convencen a medias

  • hace 10 años
Para algunos la orden del presidente estadounidense de dejar de espiar a mandatarios extranjeros y de, entre otras cosas, interponer un tribunal especial entre los datos recabados y el Gobierno, no es suficiente.

Esa es la idea que las varias decenas de manifestantes que se han congregado en Washington para protestar contra la NSA y reconocer además el papel de Edward Snowden, cuyas revelaciones han terminado propiciando este cambio.

Desde la Fundación Frontera Electrónica Cindy Cohn es crítica: “La NSA se ha propasado en sus funciones con respecto a la privacidad de la gente inocente en muchas áreas y, aunque es bueno que el presidente haga los cambios más acuciantes, no creo que debamos perder la visión de conjunto y saber que todavía queda mucho por hacer.”

Otros, como el exasesor de Obama Bruce Riedel prefieren ver el vaso medio lleno y valoran este paso de su administración como muy positivo… sobre todo comparado con otros países: “Me gustaría ver a otros países salir con un equivalente del documento presidencial y decir: aquí tengo los principios de mi servicio de inteligencia; y no van a ser discriminatorios, no van a recoger datos que sirvan a las empresas o para el espionaje industrial.”

Y es que además del espionaje a ciudadanos y la privacidad individual, algunos países como los propios Estados Unidos están preocupados por la vulnerabilidad de sus sistemas tras los repetidos ataques informáticos a varias de sus empresas punteras el año pasado de los que algunos acusan a China.

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