(Vídeo) EL AMIGO FIEL. OSCAR WILDE CUENTO NARRADO Y LAMINADO

  • hace 11 años
Cierto día, una vieja rata de agua observaba una escena entre unos patitos en un estanque donde su madre intentaba enseñarles a meter la cabeza en el agua, pero aquellos patitos no prestaban atención, por lo que la rata pensó: "Qué criaturas más desobedientes"; entonces la pata mami dijo: “nunca es demasiada la paciencia de los padres”, pero la rata agregó “no soy padre de familia"…pero la amistad vale más…. no conozco en el mundo nada más noble o más raro que una fiel amistad”.
Una avecilla le dijo a la rata ¿Y qué hará usted en cambio? de la fiel amistad, y un pardillo contó una historia, la de un honrado mozo llamado Hans, de buen corazón, quien era humilde y trabajaba en su jardín, que lo tenía muy lindo. Hans tenía muchos amigos, pero el más cercano a él era el gran Hugo, el molinero. Los amigos verdaderos lo comparten todo-solía decir el molinero-, y Hans asentía.

El molinero se aprovechó de la buena fe del joven, siempre le prometía que le daría una carretilla, y le pedía continuos favores amparándose en la supuesta amistad que les unía. El muchacho siempre de buen corazón, realizaba todo lo que el molinero le pedía hasta el punto de descuidar su trabajo, y en el último que le pidió, el pobre Hans en su último intento por satisfacer al molinero, tuvo que salir bajo una cruel tormenta, y el pequeño Hans no podía ni ver por dónde iba, perdió su camino y anduvo vagando por el páramo, que era un paraje peligroso lleno de pozos profundos, cayó en uno de ellos el pobre Hans, y se ahogó.

Todo el mundo fue al entierro del pequeño Hans porque era muy querido. Y el molinero estuvo a la cabeza del duelo. -Era yo su mejor amigo- decía el molinero-; justo es que ocupe el lugar de honor, -Es una gran pérdida, sobre todo para mí- dijo el molinero-. A fe mía que fui lo suficiente bueno para comprometerme a darle mi carretilla y ahora no sé qué hacer de ella. Me molesta en casa, y está en tan mal estado, que si la vendiera no obtendría nada. Les aseguro que de ahora en más no daré nada a nadie. Se pagan siempre las consecuencias de haber sido generoso.

Cuando terminó la historia el pardillo, le dijo a la rata -Temo que no haya usted entendido la moraleja de la historia. La moraleja que podría deducirse de la historia es: “Mejor estar solo que tener por amigo a un interesado y egoísta”.

Wilde critica al poderoso (encarnado en el molinero), sus malas artes y egoísmo, y cómo a pesar de ello, la hipócrita sociedad le da la razón y le erige como un héroe.

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